Ser un mejor padre o madre y mejorar las relaciones familiares puede potenciar el futuro de toda la sociedad. Una de las partes más importantes, y a la vez de las más complicadas dado el ritmo actual de la sociedad, es la educación de los hijos. También lo son las relaciones familiares. El gran problema es el tiempo.
La sociedad nos obliga a llevar un ritmo frenético para mantener un nivel de vida digno y hacer frente a todas nuestras obligaciones. Esto hace que las familias tengan poco tiempo para generar unas relaciones sanas, enriquecedoras y de calidad.
Ser padre o madre es todo un reto. Los padres tienen que cuidar de sí mismos y también de sus hijos, con lo que el desafío es por partida doble. Y no hablemos de las familias con más de 3 o 4 hijos. Esos padres son auténticos ganadores.
Disponer de un coach en la familia puede facilitar y consolidar las relaciones y lazos familiares para potenciar sus recursos y oportunidades, para vivir una vida plena e inspiradora gestionando el día a día con eficacia y felicidad. Los desafíos en una familia son continuos y se dan durante toda la vida; es el núcleo más importante de la persona, aquello donde nos ha tocado vivir y de donde más podemos aprender y ser útiles.
Muchas situaciones requieren determinadas actitudes y capacidades: la llegada de los hijos, su educación, elección de pareja, formación, rupturas, desarrollo del talento, relaciones entre hermanos o primos, papel de los ancianos, etc. Todo esto nos sitúa ante cambios constantes que pueden provocar grandes problemas si no se gestionan con inteligencia bajo unos valores sólidos.
El objetivo al final es que la familia se convierta en un espacio donde desarrollarse, aprender, contribuir, y ser feliz, un espacio donde sentirse seguro con confianza.
El coaching sigue desarrollándose y especializándose. El coaching se abre camino porque aporta un valor extraordinario a la vida y resultados a las personas. El coaching actúa en los ámbitos más importantes para las mismas.
Ventajas del coaching familiar
El coaching familiar debería ser una asignatura en el colegio, los niños desde muy pequeños deberían compartir con sus padres esta modalidad de coaching; seguro que su calidad de vida y bienestar aumentarían considerablemente.
En este sentido, el coaching familiar puede ser muy enriquecedor para todos los miembros de una misma familia. Y es que en nuestro entorno más cercano podemos encontrar muchas satisfacciones, pero también muchas frustaciones, sobre todo si convivimos con personas tóxicas que nos generan creencias limitantes.
Un coach especializado en esta materia es capaz de abrir vías de comunicación entre los miembros de la familia, solucionar conflictos y, en definitiva, conseguir un objetivo común.
Para ello el coach familiar ser capaz de posibilitar el desarrollo personal de cada individuo y, al mismo tiempo, conseguir un bienestar colectivo. Con un trabajo cercano y siempre con un enfoque positivo, es posible crear vínculos más sanos, eliminar fracturas familiares y conseguir un equilibrio entre todos los miembros.
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